La inspiración es caprichosa. A veces, surge de la nada, como si de una magia se tratara. Viene, te inunda y se deja sentir. Sin que tengas que hacer nada para encontrar aquello que no sabías ni que buscabas. Otras, en cambio, desaparece, sin más [...]
Hay veces en que necesitamos dejar el pasado atrás. Intentar mirar el futuro con una mochila cargada de recuerdos es muy fatigoso y corremos el riesgo de pararnos para mirar una y otra vez en su interior. Y nada se resuelve mirando en el baúl de los recuerdos.
Dicen que el futuro nos crea ansiedad y el pasado depresión, y es cierto, solo mirando el presente podemos sentirnos satisfechos, porque es el único momento en el que podemos actuar, decidir, cambiar las cosas, retroceder.
Es el único momento en el que estamos vivos.
Nuestra mente nos engaña, nos habla de un futuro lleno de peligros y de un pasado lleno de recuerdos maravillosos que no volveremos a vivir. No es cierto. Ni el futuro será tan trágico ni el pasado fue tan ideal como lo recuerdas.
Lo único que realmente es tangible es este momento, el ahora puedes exprimirlo, modificarlo, verlo de una manera positiva o catastrofizarlo si es lo que quieres, pero es solo en este momento en el que las cosas pueden ser distintas si tu lo decides.
De lo demás tendrás que aprender a desprenderte, aceptar lo que fue y afrontar lo que llegará.
Y aquí es donde entra nuestra mente, vemos la realidad como somos, así que procura convertirte en una persona que mira la vida y ve posibilidades en lugar de obstáculos, que se ilusiona ante los retos y las metas nuevas en lugar de atemorizarse o verse incapaz, que trabaja cada día para hacer de su vida un lugar mejor para vivir, agradeciendo lo que tiene y disfrutando del precioso tiempo que le ha sido regalado.
Solo conozco dos maneras de ser feliz, la primera es valorar lo que tenemos porque si no, nada nos será suficiente y la segunda es el progreso, somos seres en constante evolución, necesitamos sentir que crecemos, que mejoramos cada día e ilusionarnos por cumplir todos esos sueños que deseamos. Una vida sin ilusión es una vida vacía.
Así que respira, siente, vibra, ama y sobretodo, vive en el presente, es la única vida en la que puedes vivir.
Hay días que son una mierda. Y esto, ¿de qué depende?
Es difícil responder esta pregunta pero si tuviera que dar una respuesta corta diría que de [...]
No cambiaría este momento por nada del mundo, es mi momento de conexión, de estar conmigo misma, es el momento de crear, de sacar lo que llevo dentro, de tocar aquello que duele pero también aquello que sana e inspira[...]
Alardeamos de saber muchas cosas que realmente solo entendemos. Entender algo, es muy diferente de saberlo. Cuando sabes algo no lo piensas, no necesitas reflexionarlo, simplemente actúas desde el propio conocimiento porque ya lo tienes integrado.
"El conocimiento solo es un rumor hasta que está en el músculo"
Ésta, es una frase que aprendí leyendo sobre la cultura de un país de Oceanía llamado Papua Nueva Guinea. Significa que tener información no implica haberla adquirido. Hasta que no esté dentro y la hagamos parte de nosotros no se convertirá en conocimiento.
A día de hoy, con el bombardeo de información que recibimos continuamente es interesante ser consciente de que leer una y otra vez la misma información no te hace integrarla, tan solo entenderla. La mejor manera de ver si hemos asimilado algún conocimiento es fijarnos en nuestras acciones.
Las acciones hablan mucho más de nosotros que nuestras palabras y sobretodo nos muestran todo aquello que hemos aprendido, queriendo o no.
Alguien puede, por ejemplo, hablarte de cómo construir un amor sano, pero si esa persona tiene una relación conflictiva con su pareja realmente no ha puesto en práctica ese saber, por lo que en realidad no lo ha aprendido.
Cuando el conocimiento se ha adquirido se ve reflejado en lo que hacemos y en lo que dejamos de hacer, por eso, la mejor manera de conocernos no es escucharnos, si no observarnos.
Observar lo que hacemos en nuestro día a día y también lo que hicimos en el pasado. Echar la vista atrás es la mejor manera de reflexionar sobre lo que hemos aprendido, sin juzgar, tan sólo observando lo que muchas veces a pesar de ser tan obvio, no hemos llegado a ver.
Érase una vez una niña que tenía un agujero en el estómago. Era grande y se sentía súper incómodo, así que, la niña intentó taparlo.
Como una niña que era, al principio se le ocurrió llenarlo de chuches[...]
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